Le trampoline
Los pequeños charcos de agua estancada entre las rocas, resquicio de alguna ola mediterránea, esporádica e inesperada, van dibujando cristales de sal mientras el efecto de la evaporación hace acto de presencia. El salitre sobre la piel, esa sensación al ponerte la camiseta y sentir esos pinchacillos… El agua turquesa y fresca que rodea el viejo trampolí de madera, ahora recubierto de una fina capa resbaladiza. Las señoras se mojan poco a poco, bajando por la apropiada rampa del trampolí, mientras otros toman el sol antes de comer una paella. Por la noche aún pueden verse algunas luciérnagas, sigue oliendo a pino, es ese olor de toda la vida, uno de esos que siempre se recuerdan hasta el último día. Es un lugar apropiado para disfrutar de la vida, siempre en calma, pausada y sin prisas, un lugar apropiado para lo que aquí llamamos Bleuete.
Pools of stagnant water between rocks, eyelets of a Mediterranean wave, fleeting and unexpected, leave drawings of crystalized salt while evaporation makes itself known. It’s the same salt on your skin that brings the pinpricks as you put on your shirt. The brisk, turquoise water moves about the old wooden trampolí, now slick and glistening with moisture. The women enter the sea slowly, unhurried, one step at a time, while others sunbathe and anticipate paella. At night you can still catch glimpses of fireflies, or breathe a trace of pine—that enduring and unforgettable scent that remains on memory no matter how long you’re away. It’s a place to stop and enjoy life, calmly and effortlessly: a place that we call Bleuete.
Polaroid Spectra