Puig

Innumerables son las veces en las que nos metíamos a la ducha pensando en lo que escocerían todas las pequeñas heridas y roces causados por caídas tontas, por arriesgar más de lo que uno podía o por mirar a la chica que te gustaba cuando el truco parecía estar saliendo bien.
Nos creíamos por momentos Tony Hawk cuando veíamos una rampa o, Jamie Thomas, al ver unas escaleras. Intentábamos trucos de aquel Rodney Mullen que nos encandiló con todas aquellas magestuosidades con las que muchos de nosotros hemos soñado pero que tan solo unos pocos pueden llevar a cabo.


No conocimos los famosos patines del diablo o sus sucesores pero no menos auténticos Roller Derby skateboards. No conocimos aquellas ruedas de arcilla que causaron estragos entre los skaters de la época ni conciertos de Los Ramones en vivo y en directo. No conocimos aquellas piscinas que, abandonadas o no, eran invadidas por los Z-boys. No conocimos nada de aquello pero conocemos la esencia. Esta esencia que nos ha marcado un camino, un presente y un destino.

 


 

 


 


 


 


 


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Nikon FM2